El avance de la violencia en algunas comunidades del estado de Guerrero ha provocado que las policías comunitarias tomen medidas controversiales para proteger a la población.

El pasado 10 de enero, un grupo de aproximadamente 30 niños de entre 6 y 11 años de edad, se integró a la policía comunitaria en el municipio José Joaquín de Herrera, en la Montaña Baja del estado, y mostró el entrenamiento que reciben para defender a sus familias del crimen organizado.

Francisco Zorroza, Jefe de información de El Sol de Acapulco, hace un recuento de la presencia de las policías comunitarias en Guerrero y nos explica por qué deciden integrar menores de edad en sus filas.

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