Ángel empezó con muy mal pie su carrera como funerario en su pueblo natal. Parecía que nada le salía bien. Y su compañero de faenas, tampoco lo hacía con mucho tino.

En esta primera entrevista con Hernán Zin, Ángel nos cuenta una de sus tantas anécdotas que os hará morir de risa (no literalmente).

En su afán por conseguir que recuperemos a la muerte en la ecuación de la vida, para disfrutar del presente, para valorar lo que es importante, estas conversaciones son una delicia, pues nos ayudan a mirarla a los ojos, a reírnos de ella y naturalizarla.

Una producción de Joy Land.
La revolución del podcast.
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