El lunes 10 de septiembre de 2018, alrededor de las 19:30,un vecino de un edificio ubicado en avenida Santa Catalina, en la capital de Misiones, Argentina, notó algo. El olor nauseabundo, que llevaba varios días impregnando todo el piso, se había vuelto completamente abrumador.
Pudo detectar de qué departamento provenía y se asomó por la ventana para ver qué ocurría dentro. Fue entonces cuando vio la grotesca escena: un par de moscas revoloteando alrededor de un pie.
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