El 28 de julio de 1960, mientras la tarde declinaba y al amparo de las sombras, un pistolero que acechaba al periodista Alberto J. Altamirano lo alcanzó al salir de la redacción del periódico El Diario y, por la espalda, le disparó.
"Sabía muchas cosas", comentaron algunos colegas, pues Altamirano había desenmascarado al líder petrolero Pedro Vivanco y al presidente municipal, Manuel Salas Castelán, pues de acuerdo con sus investigaciones tenían bajo su dominio y con base en el pistolerismo el control de Poza Rica.
En aquel entonces, tal era el terror instaurado en aquella región veracruzana que LA PRENSA lo llamó Asesinatos S.A. La Fábrica del Crimen, pues los homicidios se producían a cada rato y quedaban en total impunidad.
Puedes conocer más de este y otros casos en los Archivos secretos de La Prensa.
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