Aquella mañana del martes 27 de febrero de 1962, María Cristina se había levantado temprano, como era su costumbre, e indicó a la servidumbre que tuviera listo el desayuno para sus hijas, que se iban a la escuela, mientras ella se duchaba. Minutos después, apareció su marido, comenzaron a discutir sobre las diferencias irreconciliables que enfrentaban y, de imprevisto, el médico cirujano le disparó en tres ocasiones, acertando cada tiro en la cabeza de su esposa, quien quedó al borde de la muerte.
Los hechos ocurrieron en el interior de la residencia de Brisas 285, colonia Jardines del Pedregal, San Ángel, donde los protagonistas del drama habitaban con sus siete hijos.
Lo cierto es que María Cristina provenía de una familia acaudalada, mientras que Roberto Morales sólo contaba con su propio dinero, proveniente de su profesión, lo cuál era nada en relación con la fortuna de su esposa. Se dijo que las desavenencias entre el matrimonio estaban relacionadas con fuertes sumas de dinero que gastaba Roberto, lo cual María Cristina le reprochaba, ya que no le pertenecía.
Puedes conocer más de este y otros casos en los Archivos secretos de La Prensa.
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