En 2011 cayó la banda de Los Aztlán, una banda de secuestradores que decían pertenecer a los Zetas. Sorprendió que uno de sus cómplices o integrantes fuera David Romo Guillén, nada menos que la máxima autoridad del culto a la Santa Muerte.
Tras una rápida acción de las autoridades, se logró la captura y desarticulación de la banda, en tanto que al líder del culto a la Niña Blanca fue relacionado con otros delitos, ya que se hacía pasar como Silverio Reyes Fremaín Cortés.
En un último intento por evadir la prisión, quiso negociar su libertad a cambio de nombres de personas (algunas de ellas de la, los espectáculos y la justicia) relacionadas con plagios, robos y otros delitos.
Puedes conocer más de este y otros casos en los Archivos secretos de La Prensa.
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