A lo largo de los meses, todos los sectores y estamentos públicos y privados vinculados a los puertos y al sector naval de la UE están en 'pie de guerra' con la Comisión Europea debido a la imposición de tasas a los barcos que no usen combustibles no contaminantes, sin esperar al 2035. Estas tasas (ETS) incrementan los precios de la mercancía y favorece que los barcos recalen en puerto no europeos, provocando las opciones de despidos, regulación de plantillas y escaso movimiento portuario.