Cuando el rey Herodes reclama Jerusalén a los asmoneos, enfurece a Cleopatra, que quiere recuperar Judea para su reino de Egipto. A pesar de este conflicto, Herodes el Grande logra modernizar la antigua ciudad, revolucionando para siempre la ciudad de Dios. Desempeñó un papel decisivo en el control imperial de Judea, a pesar de su apoyo anterior a Marco Antonio, y el emperador romano aumentó su territorio.