Choferes de la Revolución

Luis es contratado por oficiales del ejército federal para “rescatar” un automóvil Protos que es propiedad de una familia acaudalada. Luis se convierte en el chofer personal del general Benjamín Argumedo y en el conductor que lleva a los cautivos de la leva al cuartel. El avance de la División del Norte hacia Zacatecas obliga al ejército a moverse al centro del país.

Luis debe esconderse mientras espera la partida del tren que va a la Ciudad de México. Nuevamente se encuentra con Ildefonso, quien termina de relatarle la historia del romance entre Adela y Manuel.

Urbina pide a Luis que lo lleve a San Luis Potosí atravesando el campo en su automóvil Chalmers. En San Luis se hospedan en una casa elegante que saquean y destruyen. Urbina le ordena a Luis que consiga refacciones para arreglar un Fiat que encontraron en la casa, de lo contrario lo hará pasar por las armas. Luis decide huir.

Las tropas revolucionarias abandonan Aguascalientes y Luis debe encontrar la manera de transportar el automóvil de Urbina, su nuevo superior. En el tren se reencuentra con Ildefonso. En el camino se descarrilan y logran sobrevivir gracias a la pericia de un maquinista.

Luis es uno de los sospechosos de participar en el secuestro de una mujer y sabe que por ello puede perder la confianza del general Villa. Se celebra una corrida de toros que concluye salvajemente. Tomás Urbina roba un automóvil, le pide a Villa que le facilite a uno de sus choferes y éste le asigna a Luis. El encuentro entre Urbina y el taxista será desafortunado

Ildefonso le cuenta a Luis que Adela creció en en la colonia mormona de Dublán y que su comunidad le tenía prohibido relacionarse con mexicanos. Se enamoró de Manuel, un músico pobre que tuvo que huir a causa de las amenazas de muerte de la familia de Adela. La División del Norte se dirige a Aguascalientes y Luis debe participar en una misión arriesgada que le puede costar perder la confianza de Pancho Villa.

En la boda, Ildefonso baila con una joven y eso despierta el enojo de su acompañante. Al día siguiente, Luis y su guardia volverán a encontrarse con Manuel Figueroa. entonces Ildefonso llevará a Luis a conocer a Adela, la esposa de Figueroa, una mujer famosa por su belleza y por su misterioso pasado.

Fernández le obsequia el Protos a Francisco Villa y pone a Luis bajo sus órdenes. Villa impone orden e imparte justicia a su manera. Mientras esperan instrucciones de sus superiores, Luis e Idelfonso se toman un descanso y aprovechan para vagar por la ciudad, meterse a una cantina y colarse a una boda. Ildefonso reconoce a lo lejos a Manuel Figueroa, un músico enrolado en las tropas revolucionarias.

La llegada de los revolucionarios al pueblo provoca diversos altercados y desencuentros. En Salinas los soldados de Fernández abordan el tren que los llevará a Zacatecas, donde ya los espera Francisco Villa. Luis le recordará a Villa un episodio del pasado.

El trayecto a Zacatecas es accidentado y la tropa de Fernández tiene que detener su marcha continuamente, primero a causa de la estafa de un comerciante, luego por el ataque de unos maltrechos soldados del ejército federal. Por fin llegan a Salinas, donde Luis intentará comprar combustible y refacciones.

La columna de soldados es emboscada por los revolucionarios. Para evitar ser fusilado, Luis ofrece el Protos y sus servicios como chofer al general Nicolás Fernández, quien acepta encantado. Fernández desconfía del taxista y le asigna como vigilante a un joven soldado de nombre Idelfonso, quien de inmediato simpatiza con Luis.

Manuel, un oficial revolucionario, y Adela, su mujer, viajan con la División el Norte de Torreón a Zacatecas. Mientras tanto, Luis y las tropas federales llegan por tren a Aguascalientes, pero una falla mecánica les impide continuar su camino. Argumedo decide enviar a pie a sus tropa, pero encontrarán numerosas dificultades en el camino.

Tras el asesinato del presidente Francisco I. Madero se impone un gobierno militar. Luis es contratado por oficiales del ejército federal para “rescatar” un automóvil Protos que es propiedad de una familia acaudalada y se ve obligado a convertirse en el chofer personal del general Benjamín Argumedo.

Luis Jiménez es un joven chofer que trabaja en un sitio de taxis en la Ciudad de México a inicios del siglo XX. En ese tiempo saber conducir un automóvil era un trabajo muy especializado y el servicio de los choferes era solicitado por personajes importantes, pero también para realizar misiones peligrosas. Luis será cómplice de la fuga de la cárcel de un personaje misterioso.