“Remigia, regreso pasado mañana, te dejo dinero para la comida”, firma Julián. En la mesa del comedor, junto a un billete de 20 pesos, la mujer encontró un trozo de empaque de harina con el puño y letra de su esposo. En el momento que tomó el billete en sus manos, llegaron Anita, Tavito y Javier , se pararon junto a ella y al unísono suplicaron: tenemos hambre mamá.