La palabra de Dios nos pide que seamos prudentes en nuestra vida y nos enseña a conseguirlo, pero muchas veces nosotros nos cuesta trabajo para lograrlo, debido a nuestra manera de ser o de vivir, solo siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo y siento obedientes y pacientes podremos ser esos hombres prudentes, delante de Dios.