Conquista del espacio: listo. Disrupción de la industria automovilística: listo. Tomar el control de Twitter: hecho. En su camino de excéntrico empresario a hombre más rico del mundo, Elon Musk ha fumado mariguana en público y coquetea con ser estrella de Hollywood, pero también ha despreciado los sindicatos, se ha burlado de la corrección política y se adhiere a la idea de un gobierno diminuto y acabar con los subsidios.
Por eso la avalancha de tuits conservadores felicitando a Musk por su adquisición de Twitter por 44 mil millones de dólares no es una sorpresa, pero ha hecho temer que, en aras de su concepción de la libertad de expresión sin límite, la red social se convierta en una ola de mensajes de odio y en el nuevo nicho de la derecha.
En este episodio damos un vistazo a este personaje y su ambición sin límite que generan tanto admiración como odio y temor.
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