En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».
Disputaban los judíos entre sí:
«Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».
- Lectura del libro del Deuteronomio 8, 2-3. 14b-16a
- Salmo 147, 12-13. 14-15. 19-20 R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.
- Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 16-17
- Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 51-58
- Reflexión católica sobre las bellas enseñanzas que nos regala hoy La Biblia.
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