En la tradición judeocristiana, se dice que Lucifer era un ángel celestial muy poderoso y hermoso. Originalmente, era un ser celestial que servía a Dios en el cielo. Sin embargo, según algunas interpretaciones, Lucifer se rebeló contra Dios debido a su orgullo y ambición. Esta rebelión se describe en pasajes bíblicos como Isaías 14:12-15 y Ezequiel 28:12-19, aunque la Biblia no se refiere directamente a Lucifer como un "ángel caído". Estos pasajes hablan de la caída de un ser celestial que deseaba ser igual a Dios y, como resultado, fue arrojado del cielo.