Una de las principales razones por las que el cerebro justifica decisiones inexplicables es para reducir la disonancia cognitiva. Cuando tomamos decisiones que no se alinean con nuestras creencias o valores, el cerebro busca excusas que nos permitan seguir percibiéndonos como coherentes. Esta capacidad es una herramienta evolutiva para proteger nuestra autoestima y reducir la ansiedad.