Luis se convirtió en la esperanza de su familia al ser el único hijo varón que tuvieron los Duques Felipe II de Orleans y Francisca María de Borbón, pero por desgracia no fue como muchos esperaban, debido a que Luis no mostró interés ni por la política ni por la gobernación, en cambio llegó a ser conocidos por ser un hombre culto, caritativo y piadoso que se entregó a la religión y al conocimiento, especialmente tras enviudar de su esposa, la Duquesa Augusta de Baden-Baden, de la que estuvo profundamente enamorado. Luis permaneció en medio de una serie de problemas sucesorios y familias, estando muy influenciado por su madre Francisca María de Borbón, quien llegó a usar a su hijo para intervenir en los asuntos de la corona francesa.

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