La estatua del ángel caído está inspirada en un verso del libro “El paraíso perdido” de John Milton, donde se dice: “Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el empíreo, reflejándose en ellas el dolor más hondo, la consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado”.
El Ángel Caído se muestra con sus alas desplegadas y apoyado sobre unas rocas, mientras se contorsiona y una serpiente se enrosca alrededor de su cuerpo.